Recuerdo lo reacia que era hace algunos años a las tiendas online. Siempre pensé que donde estuviera una tienda física, que te permite tocar los productos, sentir la atención de las dependientas y recibir un trato cara a cara era irremplazable. Debo confesar que a día de hoy, siempre que puedo hago compra online y sólo en contadas ocasiones, me doy un paseo por un centro comercial.

Os quiero contar una experiencia que he tenido como clienta de Lush, una marca de cosméticos que uso a menudo. Tranquilos, no me pagan por escribir esto, lo hago como una clienta satisfecha y contenta, gracias a pequeños detalles que me hacen reflexionar sobre cómo podría incorporarlos en mis proyectos y conseguir el mismo efecto en mis clientes. Fijaros en la siguiente foto.

LushOlaya

Esto es un paquete que acompañaba mi compra, contiene muestras gratuitas de productos diferentes a los pedidos. Gracias a esto he probado su catálogo e incrementado el número de productos en mis pedidos. Si os fijáis en la foto, hay algo más que muestras, hay una pegatina que dice: «Para ti… de Olaya =)«. Olaya ha preparado esto para mi. Esta sencilla pegatina, que Olaya habrá escrito en 2 segundos me hizo sentir especial, me hizo sonreír, me hizo abrir mi paquete con ilusión.

Me pregunto qué piensa Olaya cuando escribe estas pegatinas, si le parece un aburrimiento, si piensa ‘esto no se lo lee nadie’, y quiero decirle que por favor no deje de hacerlo, ni ella ni sus compañeras, espero que sigan invirtiendo esos segundos en escribir minúsculas pegatinas, que dan cariño a sus clientes y agradecerán que les saquen una sonrisa.

Gracias Olaya por preparar mi pedido y hacerme sonreír.

Ahora bien, ¿cómo puedo transmitir algo similar a los usuarios de mis proyectos?.

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