No hace mucho tiempo tuve la grata oportunidad de asistir a una sesión beta de los cursos que están preparando en AgileTaste. Tengo que decir que mi experiencia fue genial, y por ello que quiero compartir con vosotros mi retrospectiva personal de ella.
¿Qué es lo que más me gustó?
- La gente. Se gana mucho en un curso de formación con dinámica de team building, cuando acuden personas que de verdad están interesadas, van de forma voluntaria y quieren aprender de verdad.
- El espacio. Sueños de Cocina es un espacio pequeño pero amplio, ordenado, cuya distribución me parece perfecta para grupos de trabajo reducidos.
- Mezcla de ocio y aprendizaje. Salir del trabajo un viernes para poder hacer un curso de cocina japonesa, a la vez que aprendes los valores fundamentales de Kanban, y los pones en práctica mientras cocinas con un grupo de personas que apenas conoces, es perfecto para poder disfrutar de tu tiempo libre y aprender desde la teoría a una práctica de ocio que puedes llevar a tu ámbito laboral.
- Orden de las sesiones. Me resultó muy interesante hacer una ronda de sushi personal y luego preparar sushi en equipo. Esto nos ayudó a ver qué es lo que ‘mejor’ se nos daba al preparar un rollito y por tanto, a enfocar mejor nuestras cualidades, donde aportamos valor, a la hora de definir roles y responsabilidades en un equipo.
- Energía de los organizadores. La energía positiva se transmite y sentir esto es maravilloso, los organizadores te contagian su emoción, desde la forma en que nos contaron la teoría de Kanban hasta como el cocinero supo explicarnos de una forma fácil y sencilla cómo preparar Sushi, uniendo los conceptos de calidad y cliente, desde el primer momento.
- Visión real del trabajo realizado para el cliente. No todos los que desarrollamos un producto para un cliente, estamos delante de él cuando lo prueba por primera vez, no vemos realmente su cara, impresión, feedback, muchas veces hay intermediarios que suavizan ese instante, esa realidad. En este curso, esa situación es completamente real. Preparar sushi y entregarlo a una persona para que se lo coma, te hace pensar mucho en ¿yo me comería esto? ¿me da vergüenza poner esto en un plato o me da igual?.
- Retrospectiva durante la cena. Después de tanto cocinar, hay mucho que comer, lo que para un cliente podría haber sido un desperdicio, nosotros nos lo comimos, nuestro proprio trabajo, tanto si fue bueno como si no lo fue tanto. La retrospectiva fue muy amena al combinarlo con la cena, pudimos dar feedback de la experiencia de una forma agradable y además, tratar el concepto de ‘valor entregado’ al estar viviéndolo en nuestras propias carnes.
¿Qué haría mejor esta experiencia?
- Las claves de Kanban siempre visibles. Inicialmente hay un tiempo dedicado a la teoría, pero luego pasamos al Sushi y trabajo en equipo. Entre las sesiones hay mini retrospectivas y para hacernos reflexionar es bueno recordar puntos clave de la teoría. Tener esto a tu alcance, poder señalarlos con el dedo, facilitaría unir constantemente la teoría inicial con la práctica y experiencia final.
- Reducir número de sesiones. Se plantearon en la agenda inicial, varias rondas de trabajo, cuyo tiempo es bastante largo, por lo que el curso acabó muy tarde. Tener una sesión de práctica personal para hacer un rollo de sushi y dos en equipo, ayudarían a reducir tiempo, reducir cantidad de comida preparada y no perderíamos el valor de la experiencia.
- Preparar menos comida. Esto está enlazado con el punto anterior, se preparó mucha comida, principalmente porque la sesión inicial de toma de contacto personal con el sushi fue larga y nos dio tiempo a hacer varios rollitos por persona. Es cierto que no sobró nada, lo que no nos comimos nos lo llevamos 🙂
- Añadir más información email de bienvenida. Me encantó el detalle de recibir un email el día previo al curso, pero eche de menos sugerencias sobre el aparcamiento al ser un lugar en el centro de Madrid y donde además, hay varios parking para elegir, pero unos mas cercanos que otros. Añadiría localizaciones de parking y precio medio, así como estaciones de metro cercanas, por si a alguien le resulta más económico dejar el coche algo más lejos.