Desde hace algún tiempo, sois muchos los que me habéis preguntado por cómo me organizo, cuál es mi flujo de trabajo, qué herramientas uso, tanto mis lectores como amigos, colegas e incluso mi jefe. Me he decidido a escribir una serie de artículos sobre ello, sobre cómo y por qué desarrollo mi productividad personal, hoy en día cada vez más denominada efectividad personal.
La educación de los padres
A continuación os dejo una de las frases que más veces he escuchado de mis padres cuando era pequeña:
Hija, las cosas hay que hacerlas bien siempre
Esta frase es la semilla de todo, del origen de la bestia, de querer hacer las cosas bien y además, de querer que los que están a mi alrededor también lo hagan bien. Fijaros si me caló la frase que cuando empecé a ir a párvulos me dedicaba a atarle los cordones a mis compañeros y enseñarles cómo podían hacerlo ellos solitos, porque si iban con ellos desatados ¡se podían caer!.
La influencia de mi hermana
Tengo una hermana 11 años mayor que yo, lo que para mi era un objeto de observación constante. He tenido la suerte de tener una hermana con buenos hábitos que copiar, y el primero fue el uso de la agenda. Yo la veía estudiar y apuntarse sus cosas en su agenda semanal. A los 9 años aproximadamente tuve mi primera agenda y en ella me apuntaba las fechas de los exámenes, los deberes que había que entregar cada día, los cumpleaños de mis familiares y amiguitos, con la finalidad de que nada se me olvidara, obviamente adornado con muchos colorines y estrellitas.
Mis primeros roadmaps
Creo que una de las cosas que más envidiaban mis compañeros del instituto y universidad eran los roadmaps que me preparaba para organizar los exámenes. Mi técnica infalible era dedicar una semana y media a cada asignatura, empezando a preparar el último, así el primero lo tenía reciente y los días de entre medias los usaba para repasar.
El descubrimiento de Getting Things Done®
Allá por el año 2005, cuando trabajaba como becaria en la Universidad Carlos III de Getafe, el que era mi jefe me dijo: «me he cogido este libro para aprender a organizarme y trabajar mejor, cuando me lo acabe te lo dejo». Me lo dejó y aún lo tengo conmigo. Mi libro, que lo han tenido en sus manos mis alumnos del MMA, está más que usado, subrayado, lleno de post-it con notas, porque es un libro de estudio que a día de hoy sigo consultando en momentos de reflexión y búsqueda de mejoras.
Descubrí Getting Things Done® hace 12 años, y todo empezó a tener sentido. Le puse nombre a cosas que ya hacía, descubrí piezas del puzzle que me faltaban y empecé a pulir y optimizar mi flujo de trabajo para organizarme de forma eficaz.
El valor que me ha aportado
- Tener un flujo de trabajo que me permite generar valor en todo lo que hago
- Generar confianza a mi alrededor al percibir valor entregado y orden
- Alcanzar un buen equilibrio profesional y personal
- Sentir que tomo la mejor decisión en cada momento
- Invertir mi tiempo en lo que realmente importa
- Conseguir lo que me propongo
Lo que empezó como una manera de organizarse mejor, es a día de hoy una gran cualidad profesional, mi estilo de vida y mi forma de ser.
¿Y ahora qué? En el próximo artículo empiezo a definir mi flujo de trabajo.
Os dejo este artículo de José Miguel Bolívar sobre la Efectividad Personal: La Nueva Productividad Personal.
Muy buenas Vanesa,
Es muy gratificante ver cómo realmente la gente de éxito como tú, tiene un método y se esfuerza y trabaja duro para alcanzar sus metas, todo un gran ejemplo. En mi caso, también he utilizado siempre métodos de organización, los cuales han ido sufriendo diferentes variaciones y adaptaciones. Sin embargo, existen lo que podría denominar etapas oscuras, se trata de periodos de tiempo en los cuales la realidad supera siempre cualquier posible planificación, momentos en los cuales la URGENCIA supera de tal forma el día a día que es imposible sostener una mínima coherencia en la planificación. Y aquí es donde vienen mis preguntas, ¿has sufrido personalmente alguna de estas etapas?¿cómo has conseguido gestionar estos períodos?
Muchas gracias por tu blog y por compartir tus experiencias.
Buen día
Muy buenas! Pues si hay etapas oscuras y días en que sientes que todo cambia radicalmente y sientes que no puedes pararte a pensar. Cuando me pasa lo que hago es pararme en seco, listar todo lo que pasa en un papel y elegir una cosa en la que poner mi atención porque cuando estoy a todo al final no estoy en nada. Si no puedo parar esos 20-30 minutos a solas en el día lo hago pronto al día siguiente por la mañana antes de ponerme a hacer cualquier otra cosa. Lo que me permite GTD como verás más adelante es vivir estas etapas oscuras porque cuando todo pasa soy capaz de saber por dónde iba y actualizar mis acciones pendientes y seguir adelante. Gracias por tu comentario y por compartir siempre mis experiencias.
Un abrazo,
Vanesa
Gracias a ti por compartir tus experiencias. Lo que dices es cierto, nunca lo había analizado desde esa perspectiva y efectivamente disponer de un método te permite localizar rápidamente el rumbo cuando pasa la tormenta.
Sí, es genial, muchísimas gracias me has ayudado a ver la luz en medio del huracán.
Buenas noches.