Generalmente durante las navidades no cojo vacaciones. Para mi son una de esas fechas en las que la oficina está tranquila, las interrupciones se reducen – evidentemente hay menos «interruptores» – y siempre he sentido que mis tareas salen rodando. Esta vez no ha sido así. He procrastinado muchas cosas que quería hacer en esas fechas. Me he sentido mal y he aprovechado para analizar la raíz de mis sensaciones, de mi comportamiento, el por qué cuando me sentaba sola delante de algo no era capaz de arrancar a pesar de las ganas, la energía y el tiempo disponible para ello. Mi razón para procrastinar es la falta de claridad.
En GTD, tras capturar algo que creo que debo hacer en mi lista INBOX, llevo a cabo lo que se conoce como ‘Aclarar’, entender si eso es accionable y en caso afirmativo definir las acciones concretas que debo llevar a cabo. GTD habla de la Planificación Natural, algo que cuando leí me sentí super identificada, ese momento de: «¡pues como yo lo hago!», quizá por eso el nombre. La planificación natural consta de 5 pasos y es en los 3 primeros donde surgen mis bloqueos:
- Definir propósitos y principios
- Visualizar los resultados
- Generar ideas
- Organizar las ideas
- Identificar siguientes acciones
Falta de claridad en el propósito
Cuando empiezo a aclarar me hago una serie de preguntas como son: ¿por qué habría que hacer esto? ¿quién lo necesita? ¿qué pasaría si no se hace?. Cuando las respuestas son: «no lo se», entonces no entiendo el propósito y por tanto no veo el valor que se podría aportar. Si algo no aporta valor no lo hago. Cuando me veo en estos casos intento rescatar el origen de esto que me apunté y preguntar. Por ejemplo puede venir de un email, de una conversación con otros compañeros, entonces retomo la conversación para encontrar el propósito o en caso de no haberlo, sentirme tranquila de dejar de invertir más tiempo en eso.
Falta de claridad al visualizar los resultados
Suponiendo que entiendo el propósito, la motivación y el valor que algo puede aportar, es posible que al cerrar los ojos e intentar imaginarme ese valor como algo tangible, ese algo que puedo generar y entregar, no vea absolutamente nada. Siento que mi imaginación e inspiración están apagadas. Yo soy una persona bastante creativa y proactiva y esta sensación es super dura para mi. De hecho, es el peor caso de los 3 casos que os cuento, porque aunque otro vea los resultados, yo necesito conectar con esa visión, necesito hacerla mía y sentir una conexión, un hilo conductor de todo lo que voy a hacer. Cuando me bloqueo aquí pido ideas para poder inspirarme y lo dejo enfriar, lo dejo para después, desconecto, me pongo con otra cosa, y espero a que ese momento «¡aha!» surja.
Falta de claridad en cómo conseguir los resultados
En este caso mi motivo para procrastinar se debe a que no encuentro el camino desde donde estoy ahora hasta los resultados que he visualizado. Generalmente es por falta de recursos y herramientas. En este caso siempre me funciona trabajar con otro compañero para aprender de sus conocimientos y experiencias. De los 3 comentados éste es el que más rápido suelo resolver.
Después de todo esto, si tengo claro el valor a aportar, conecto con la visión de los resultados y tengo recursos para conseguirlo, no hay quien me pare. Disfruto de la tarea porque la siento mía, y cuando siento algo mío el tiempo que tardo en generar esos resultados es mucho menor que cuando intento hacer algo sin claridad, de hecho no lo hago, procrastino hasta resolver mis bloqueos.
Si queréis saber más sobre la Planificación Natural de GTD:
- GTD: Los 5 Pasos de la Planificación Natural por José Miguel Bolívar
- GTD Básico: Planificación Natural por FacileThings
Vanessa me pasa igual que a ti, y cuando ya se por donde ir todo fluye y hasta milagros (nuevas ventajas)) me suceden. No conocía la planeación natural, me gustó. Gracias por darla a conocer.
Hola Claudia,
Espero que te sirva de ayuda y de buenos resultados.
Gracias por tu comentario,
Vanesa