Si fuera por el trabajo que todos tenemos acumulado, los fines de semana podrías seguir, en muchos casos eternamente, haciendo tareas de nuestra empresa, ¿pero es realmente esto productivo?.
Hace algún tiempo podría decir, SÍ, pero actualmente debo decir que esa productividad es falsa y engañosa. Tarde o temprano, el día que realmente debes estar al 100% tu cuerpo y mente dice: basta. La cuestión ahora es que, el tiempo que te hace falta para recuperarte es tiempo que dejas de ser productivo, seguramente no solo en tu trabajo sino también en tu vida personal.
¿Qué es para ti desconectar?
No hacer tareas relacionadas con la jornada laboral durante mi tiempo libre. Al igual que no hacer tareas de mi tiempo libre durante el trabajo, básicamente cuando estás conectado a lo que debes hacer en cada momento, desconectas de lo demás. Ahora bien, los momentos de cada área de tu vida debes delimitarlos tú mismo.
Esto no significa que no hagamos nada relacionado con nuestro ámbito laboral cuando estamos fuera de la oficina, por ejemplo en tus ratos libres puedes leer libros que te enseñan a ser mejor en tus responsabilidades, ir a cursos, charlas, conferencias directamente relacionadas con tu desarrollo profesional.
Cuando tienes pasión por lo que haces no diferencias qué forma parte de tu vida personal y profesional, es una única vida.
¿Y si no me cunde el día y no termino lo que quiero hacer?
Muchas veces no terminamos lo que queremos hacer porque hemos añadido a nuestra lista de acciones más cosas de las que seríamos capaces de terminar incluso si ningún compañero nos interrumpiera, no comiéramos, no tuviéramos ninguna reunión durante todo el día y nuestro teléfono no sonara ninguna vez.
El problema muchas veces es que no hemos priorizado bien nuestra lista de acciones, ni puesto foco en lo realmente urgente e importante, recordando que muchas cosas pueden esperar a otro momento.
¿Cuáles son las ventajas de desconectar?
Principalmente, porque las mejores ideas vienen cuando estas fuera del día a día, cambias de contexto y estás descansado. ¿Nunca os ha pasado que estando de vacaciones vuestra cabeza empieza a generar ideas geniales sin parar? Seguramente no es el momento más adecuado, pero pasa, has salido de tu rutina, ves las cosas de otra manera, incluso muchas veces esos grandes problemas que tantos quebraderos de cabeza dan, tienen soluciones más fáciles de lo habías pensado cuando no dejabas de darle vueltas a la cabeza.
Cambiar de foco y de actividad siempre ayuda a recargar baterías, y esto consigue que cuando retomas una tarea llegues con ganas y esas ganas son las que te empujan a seguir cumpliendo con tus metas sin llegar a cansarte o aburrirte de hacer siempre lo mismo.
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