Estaba paseando por la playa cuando escuché a una persona decir: «madre mía… es que he dejado un montón de trabajo pendiente y me agobia muchísimo». No iba poniendo la oreja, lo prometo 🙂 pero si hice un adelantamiento por zona interior de la orilla para mirar su cara y cuando la vi me dio un poco de lástima. Iba con él el ceño fruncido, con gesto de estar a disgusto en vez de disfrutar del sonido del mar, el sol, la sensación de la arena mojada en tus pies…

Me vinieron a la cabeza dos tipos de personas, las acaparadoras que apenas delegan y las que tienen un exceso de responsabilidad.

Hay personas que acaparan tanto y comparten tan poco que nadie puede ni ayudarles ni cubrirles, creo que así solo consigues que en vacaciones tengas constantes interrupciones, tus compañeros se estrenen y bueno, a lo mejor tu ego está feliz pero al final, ni el resto pueden hacer su trabajo, ni tú estás trabajando, ni estás presente con tus amigos y familia. También puede darse el caso de que no aceptamos que siempre habrá trabajo pendiente – recuerda que la edad de jubilación es de 65 años – siempre hay una tarea a continuación para avanzar en un proyecto y la clave está en haber hecho lo más valioso en su momento adecuado y tener claro por dónde continuar cuando vuelvas. Creo que antes de irte de vacaciones debes dejar hecho aquello que permite que tu equipo, compañeros, jefe y empresa puedan avanzar sin estar tú. Si ellos no se paran tú podrás estar más centrado en tus días de ocio.

Que tus compañeros te echen de menos por tu persona y compañía pero no porque no pueden hacer algo que tú has dejado pendiente.

Antes de irme de vacaciones siempre tengo en cuenta:

  • Asegurarme de no ser un bloqueo para ninguna persona o proyecto terminando las tareas con dependencias
  • Dejar preparadas las agendas de reuniones que yo modero y asignar otro moderador
  • Hacer público quién es mi persona de referencia y que ésta pueda acceder a mis documentos
  • Recordar que si realmente me necesitan me pueden llamar

A veces se nos olvida que cuando nosotros estamos de vacaciones tu empresa, equipo, compañeros, siguen trabajando y no ser un impedimento para ellos te convierte en un profesional.

La importancia de disfrutar tus vacaciones está en que si no lo haces, cuando vuelvas a trabajar no habrás podido aprovechar otros momentos que también te gustan y te hacen mejor, tu lista de tareas de ocio se acumulara y luego vendrán los momentos de estar quemado, cansado de hacer lo mismo, necesidad de desconectar por salud. Aunque me gusta mucho mi trabajo y lo que hago, cuando me voy de vacaciones quiero disfrutar de otras actividades que me hacen sentir bien, que me cargan las baterías y me hacen estar feliz.

Cuando trabajo no sufro por no estar en la playa y cuando estoy en la playa no sufro por no estar en el trabajo, simplemente disfruto lo que hago donde estoy.

¿Y tú?, ¿eres de los que se va de vacaciones a disfrutar?.

Quizá también te gusten:

4 pensamientos

  1. Yo he dejado mi empresa antes de verano para emprender una aventura en solitario, y me propuse disfrutar de julio y agosto íntegro para coger fuerzas. Y os aseguro que es lo mejor que me ha pasado en esta época desde el verano de COU. He disfrutado de la familia como nunca. De hecho, he empezado a hacer cositas antes del final de agosto. Y tengo unas ganas y una fuerza como el chaval que llega a su primer trabajo. Completamente recomendable.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s