Hace algo más de un año, tomé la decisión de aceptar un nuevo reto profesional, que al mismo tiempo, me iba a retar en casi todas mis áreas de confort, hice un cambio de vida radical. Después de 10 años en la misma ciudad, trabajo y entorno, me iba a Santiago de Chile a trabajar a LATAM y empezar mi vida de cero y sin conocer a nadie allí. Confirmo que ha sido una de las mejores decisiones de mi vida, ha sido un año muy duro y al mismo tiempo extremadamente enriquecedor, tanto en lo personal como en lo profesional, hoy os comparto mis aprendizajes.
Aprendizajes en lo profesional
Venir a trabajar a la mayor aerolínea de Latinoamérica ha sido una decisión increíble. Antes, no había estado en un negocio donde se impactara a tantos millones de clientes y además, hubiera un producto físico (el avión) que dentro del journey del cliente tiene un impacto en el eNPS increíblemente alto. Confieso que los primeros meses fueron extremadamente duros y agotadores mentalmente. Tenía que aprenderlo todo de nuevo, no era capaz de enlazar unos temas con otros rápidamente y no conocía las redes formales e informales de la empresa, básicamente no había zona de confort de ningún tipo. Cada día que llegaba a mi apartamento valoraba si quedarme o volver porque la cabeza me estallaba, lloraba, todo lo que había aprendido antes me era útil como base, pero no para aplicarlo en el nuevo día a día, sentía impotencia, dudaba de si iba a ser capaz de aportar valor. Mi aprendizaje clave para adaptarme fue permitirme tener paciencia, relajarme, darme tiempo para entender y aprender.
LATAM Airlines me ha permitido hacer varias cosas que a nivel profesional donde he aprendido mucho:
- La empresa trabaja orientada a Metas, empezamos a experimentar con OKRs el poder llevar las metas al día a día del ciclo de vida del producto e intentar tomar decisiones basadas en datos respecto nuestras prioridades junto a trabajar alineados.
- Unido al punto de vista anterior eliminamos las demos de equipo y creamos las demos de producto, para que estuvieran más orientadas a los objetivos, resultados e iniciativas que habían impactado en ellos, unido a un repaso de los KPIs del producto y aprendizajes resultantes de diferentes actividades de descubrimiento de producto. Los stakeholders valoraron mucho tener una instancia donde ver todo lo relacionado con el progreso del producto, sin tener que asistir a diferentes instancias de equipo para tener la big picture. Incluso los equipos valoraron trabajar juntos en esta instancia cuando varios desarrollaban para el mismo producto.
- Definimos el flujo de valor para entregar producto, lo cual nos permitió tener un entendimiento común de cómo hacer producto, su ciclo de vida, cómo los diferentes roles colaboran en diferentes momentos para su gestión y desarrollo hasta que, modelamos esto en JIRA y pudimos limpiar la herramienta, y además, empezar a leer los datos de todos los productos para calcular el time-to-market de cada producto, y con estos datos poder cuestionarnos cómo reducir waiting times.
- Hemos creado un equipo maravilloso, que ha sido capaz de adaptarse a un nuevo rol, a la incertidumbre, ha movilizado cientos de personas para co-crear una cultura común para entregar valor, consiguiendo un gran impacto en la adopción de las mejoras y hasta demostrarlo con números, hechos y testimonios. Gracias a vosotros y a todos los que se han atrevido a seguir mejorando continuamente.
- Hemos conseguido definir un modelo de adopción de mejoras que además de proporcionarnos datos, visibilidad y facilitara el seguimiento del cambio, ha sido tan valorado que se ha escalado a otras iniciativas de cambio dentro de la VP.
Llevando a cabo todas las iniciativas anteriores, he recordado cuán importantes son las interacciones entre personas, hacer puentes y alianzas para que las propuestas lleguen lo más lejos posible, he aprendido mucho de política :), he hecho gestión del cambio impactando a más de 500 personas, he visto como algunas de las iniciativas que hemos lanzado han tenido un alto coste, alta fricción y bajo impacto, de las que hemos aprendido mucho, ya que no, no ha salido todo lo que intentamos, sin embargo seguimos iterando en mejorar los puntos de dolor de nuestras personas e interacciones, que al final, también son un dolor para nuestros clientes. A día de hoy, sigo trabajando para adaptarme a la cultura con el objetivo de intentar impactar en ella, esto es un trabajo diario.
Aprendizajes en lo personal
Hay 3 cosas que quiero destacar del reto personal que para mi han sido claves: re-aprender, un nuevo hogar, tener vida social.
Un país diferente es un sistema diferente, obvio. Jamás había sido tan consciente de cuántas cosas tenía automatizadas que nada más aterrizar eran diferentes. Aquí se habla chileno, hay muchas palabras y expresiones diferentes al castellano que se aprenden rápido pero que hay que aprender. He tenido que re-aprender todos mis «cómo» y «dónde» hacer las cosas de la vida rutinaria. Durante las horas laborables estaba re-aprendiendo todo lo relacionado sobre un nuevo trabajo y al salir de la oficina, estaba re-aprendiendo cómo vivir en una nueva ciudad sola. Cada noche me quedaba dormida con un gran dolor de cabeza, era agotador.
Dejé en Madrid la que era la casa de mis sueños. Mi casa – sí, podéis ponerle el tono de voz de E.T. Deseaba encontrar un hogar, un lugar que fuera mi refugio, un lugar donde sintiera una conexión especial y quería sentir que ahí estaba protegida. Me costó mucho encontrarlo, de hecho buscaba algo parecido a mi casa de Madrid allí, un imposible vamos… Al final, me enamoré del piso que tenía lo que no quería estéticamente, pero su luz, su silencio, fueron superiores a lo estético que conseguí transformar y hacer mío, ahora sí siento que es mi casa.
¿Cómo se hacen amigos desde cero? Pues o bien te presentan a alguien o tú vas soltando tu speech de «busco amistad» siempre que tienes la oportunidad: «Hola soy Vanesa, llevo aquí un par de meses, si un día te apetece tomamos un café y me cuentas cosas de la ciudad, te dejo mi celular»… luego esperabas a que alguien llamara 🙂 . Después alguien llama y entro en la fase de hacer planes sin ganas, me apuntaba a todo, porque al final de un plan sale otro, vas conociendo más gente y viendo con quién hay feeling. Aquí me di cuenta de que socializar me costaba un horror y no sabía hacerlo, no disfrutaba de abrirme a gente nueva y apuntarme a planes. El KPI de integración social fue entrar en el grupo de WhatsApp de mis actuales amigas, pero no en el grande de 100 expatriados españoles, sino en el pequeño, el de 10, donde se cuece el origen del plan. Ese día lloré. Lloré mucho. He aprendido a fluir, a dejarme llevar, hacer planes diferentes que me ayudan a encontrar nuevas cosas que me gustan.
Trabajar en una aerolínea facilita viajar. Hice mi primer viaje sola con mi mochila a San Pedro de Atacama, y luego no pude parar. He conocido muchos sitios maravillosos y encontrado en el camino a personas que me han dejado huella con sus historias. Me he enamorado de las montañas y el trekking, y ahora, cuando quiero ir a algún lugar, si alguien no puede acompañarme no tengo ningún problema en irme a conocerlo sola: si alguien me acompaña bien, sino también. Ya no delego vivir la vida en los demás.
Algo muy curioso que me ha pasado este año es que he dedicado más tiempo a mis redes sociales físicas que a las digitales. Esto me ha hecho sufrir en algunos momentos, he sentido al mismo tiempo el Joy-Of-Missing-Out (JOMO) y el Fear-Of-Missin-Out (FOMO). Me preocupaba si tenía impacto en mi profesión, aunque para seros muy sincera, yo necesitaba vivir esto ahora, y soy muy feliz por haberme relajado un poco en el mundo digital y dedicado parte de ese tiempo a otras vivencias que me han hecho y me siguen haciendo mucho bien.
Cuando amigos me preguntan dónde me he desarrollado más, siempre contesto que el desarrollo personal ha sido una gran palanca para el profesional. Al final en ambos contextos hay un factor común, yo. Cualquier desarrollo sobre mí impacta en todo lo que hago en mi vida. 2019 ha sido un año de disfrute de la vida y superación de barreras, barreras que se abordado paso a paso, siendo cada paso una manera de descubrirme, disfrutarme y así valorar y experimentar mejor absolutamente todo lo que me rodea.
Este año he sentido el vértigo a la libertad, me se sentido dueña de mi vida.
Doy gracias a todos los que me han acompañado en este camino, a hacer que las cosas pasen, a levantarme en los días malos, a disfrutar a mi lado de los días buenos, a aprender a vivir de los pequeños y grandes momentos del camino, a vivir intensamente y que la pereza no me pueda. Os debo mucho. Os quiero.
Resulta inspirador leerte, Vanesa. Es francamente envidiable asistir desde la distancia a un relato del que, en una pequeña parte, hemos podido compartir en torno a unas ostras (vaya descubrimiento para mi!). Me alegro muchísimo de leerte!!!
¡Cuánto me alegra leerte Vanessa!
Te deseo lo mejor de corazón.
Leyéndote me rondaba esquivo al fondo de la cabeza Kavafis y su Ítaca 😉
[…] Y aunque la halles pobre, Ítaca no te engañó
Así, sabio como te has vuelto, con tanta experiencia,
entenderás ya qué significan las Itacas.
Vanesa, Me emocionan e inspiran tus palabras!!!
Un lujo compartir profesionalmente contigo!
Hola Vanesa,
Muchas gracias por compartir tus experiencias profesionales y personales. Sin duda, tus palabras son muy inspiradoras y muy emotivas, y siempre aprendo algo de tus textos.
Un saludo
Wow, que grata sorpresa este blog, algunas cosas se parecen a las que me ha tocado vivir aunque yo si me vine con la familia y en situaciones diferentes ya que tuvimos que auto-exiliarnos el grupo familiar completo de un país en una dictadura disfrazada de democracia.