Los primeros 6 meses de trabajo en una nueva empresa han sido muy útiles tanto a nivel profesional como a nivel personal. En realidad, me han brindado suficiente información como para poder identificar con qué iniciativas debemos empezar a experimentar, pero con toda humildad, aún tengo mucho más que observar, analizar, experimentar y aprender. Lo bueno es que ya hay iniciativas que llevar a los diferentes roles y equipos de trabajo, lo cual te ayuda enormemente a descubrir más sobre la empresa, su cultura, sus procesos y sus personas.
En este artículo quiero cerrar esta serie de primeros pasos en una nueva cultura y organización, pues creo que son los que me han permitido dar el pistoletazo de salida, a definir un punto de partida sobre el cual, vamos a poder iterar con las necesidades que vayan emergiendo. Así que voy retomar brevemente dónde comienza todo:
- Empiezo observando y tomando notas de todo lo que pasa a mi alrededor para aprender y comprender
- Elijo mis batallas para priorizar las áreas donde enfocarme inicialmente
- Definimos una misión y pilares de trabajo que representan el por qué de nuestra transformación
- Recuerdo no hacer lo mismo que en el pasado y buscar soluciones adaptadas al contexto actual
- Visualizamos dónde estamos hoy para crear conciencia global de la situación y sentir más nuestra misión de transformación
- Decidimos trabajar con las comunidades de práctica y equipos de voluntarios la co-creación de las primeras iniciativas de mejora
Pero claro, estamos hablando de más de 40 equipos de desarrollo de producto y otros roles de gestión que también van a ser impactados por estas iniciativas en su día a día: ¿cómo se gestiona esto? ¿qué hacemos ahora?. Os comparto como hemos decidido empezar, y con la experiencia, nos iremos ajustado.
Definición de iniciativa
Lo primero ha sido acordar qué significa iniciativa y de qué se compone. Entendemos una iniciativa como un intento para mejorar algo que, se ha identificado como no efectivo o encontrado que se puede hacer de un modo aún mas efectivo, en nuestra manera de hacer producto. Las iniciativas están siempre asociadas a los pilares de nuestra misión, es decir, intentamos mejorar: cómo aprendemos de los clientes, cómo gestionamos y desarrollamos producto, cómo colaboramos entre personas. Las iniciativas además tienen estados de adopción en los equipos: pendiente formación, formado, en piloto, en adopción, adoptado (la iniciativa es un nuevo hábito de trabajo), promotor (equipo que da ejemplo y ayuda a otros en la adopción). De esta manera podemos visualizar donde estamos a nivel corporativo, siendo nuestro foco la adopción global de las mejoras validadas por los pilotos.
Las iniciativas de mejora están asociadas a nuestros pilares de trabajo y tienen un nivel de adopción en los equipos para saber cómo estamos a nivel global.
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Ciclo de vida de una iniciativa
La iniciativa como tal tiene el siguiente ciclo de vida: en co-creación mientras comprendemos bien el problema y elaboramos una propuesta de cambio, en piloto cuando sólo algunos equipos están viviendo el cambio para ajustar la iniciativa con el feedback, en adopción en el resto de equipos tras haber validado el impacto de la mejora con los pilotos, y adoptada cuando los equipos han incorporado el cambio a su día a día y forma parte de sus hábitos.
Visibilidad de las iniciativas
Tenemos un panel donde las iniciativas están organizadas por cada uno de los pilares de trabajo, priorizadas y asignadas a una comunidad que es el principal impulsor y afectado de la misma. Esto es importante, al final, la idea es ser más efectivos en nuestro trabajo en el día a día, por tanto, los que van a vivir el cambio forman parte de la iniciativa desde el principio. El panel es público y poco a poco las comunidades lo usan para ver qué estamos haciendo entre todos y cómo ellos pueden seguir contribuyendo a la mejora continua global.
Gestión de expectativas
Este es uno de los temas que más estoy trabajando en las últimas semanas, viendo cómo algunas iniciativas están en piloto en varios equipos y empiezan a surgir los primeros comentarios al respecto. Una iniciativa es un intento, una propuesta, un experimento, cuyo único aporte de valor seguro es el aprendizaje. Las iniciativas pueden empeorar la situación, pueden mostrar que el problema a solucionar es otro, pueden mutar a otras nuevas, pueden ser lo que siempre habíamos querido que pasara… tenemos que vivirlo para saberlo. Existe el riesgo de intentar algo y al no funcionar perfecto a la primera, querer desecharlo rápidamente y volver a donde estábamos, bajo mi punto de vista esto sería un error, las iniciativas necesitan un periodo de iteración, de ajuste, con el objetivo de tener suficiente feedback como para tomar una mejor decisión sobre cómo continuar.
Las iniciativas no siempre llegan para quedarse, pero siempre nos permiten aprender.
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Intensos, desafiantes prometedores estos primeros seis meses Vanesa. Un gran resumen de lo vidido 😉